Un vino profundamente influenciado por el ambiente que provee la Cordillera de los Andes. Seleccionamos para nuestra etiqueta una especie de cactus que es nativa y encuentra su hogar en altura y condiciones únicas de suelo, al igual que nuestro Malbec, el cual proviene de los suelos calcáreos de Gualtallary. Lo vinificamos en pequeñas vasijas de concreto con racimos despalillados, usando levaduras indígenas a temperaturas entre 26º y 28ºC durante varias semanas. La crianza continúa en barricas usadas hasta la siguiente vendimia.